Apoyo apropiado

Además del reconocimiento apropiado, los guardianes de los territorios de vida necesitan diversos tipos de apoyo político, social, económico y otras formas de «apoyo apropiado». Muchos actores en la sociedad, como los gobiernos, la industria privada, las ONG y los activistas están generalmente dispuestos a brindarlo, pero ¿es ese apoyo el que los guardianes necesitan o ven como prioritario? Quienes brindan apoyo pueden ser tan poderosos y decididos al punto que los que guardianes pueden encontrar difícil rehusarse, y terminar recibiendo apoyos no deseados o inapropiados. Infortunadamente, la mayoría de las organizaciones que apoyan tienen líneas programáticas rígidas a seguir y están pobremente equipados para lidiar con la idiosincrasia de las instituciones de gobernanza y los enfoques culturalmente diversos de los guardianes de los territorios de vida. Debido a profundas diferencias en el poder, incluso las intervenciones mejor intencionadas pueden resultar en formas de ingeniería social con impactos deletéreos no intencionados. Por lo tanto, es esencial que los actores que desean apoyar a los TICCA intervengan en respuesta a los requerimientos de las mismas comunidades guardianas y las traten con respeto y consideración. El primer paso hacia una relación justa entre una comunidad y los actores que ofrecen «apoyo apropiado» es obtener el #consentimiento libre, previo e informado (como lo exige la legislación internacional para Pueblos Indígenas).

Las organizaciones de la sociedad civil suelen apoyar procesos de comunicación y negociación entre las comunidades y los gobiernos, las empresas privadas y otros. Actuando como «traductores», moderadores, proveedores de información y asesores legales, pueden reducir la brecha de poder entre las partes y desarrollar capacidades y confianza en las comunidades. También pueden ayudarlas a estar plenamente informadas, en un idioma que puedan entender, acerca de los proyectos o procesos que les afectan, y proporcionar información experta sobre las posibles consecuencias de aceptar una u otra iniciativa. El apoyo también puede consistir en ayuda para interpretar las normas jurídicas pertinentes, como las relativas a los derechos de los Pueblos Indígenas, las comunidades locales que conservan la naturaleza (ver #Derechos bioculturales), el derecho y uso consuetudinarios, los comunes, las áreas protegidas, la descentralización y la subsidiariedad, así como la agricultura, el turismo, la minería, la silvicultura, la pesca, las finanzas y el desarrollo económico. En caso de que falten normas específicas para los TICCA, un apoyo apropiado puede significar también promover el reconocimiento de legislación y políticas favorables a los TICCA a nivel gubernamental.

El apoyo legal también puede tomar la forma de apelar al respeto de las obligaciones internacionales de los estados frente a los TICCA, territorios de vida[1]. La negociación de proyectos que dan aplicación a programas internacionales, tales como la Iniciativa Mundial de Apoyo a los TICCA (GSI, por sus siglas en inglés) implementada por PPD GEF/PNUD y otras iniciativas que implican pagos por servicios ambientales, pueden ofrecer contextos útiles. Todas las intervenciones que incluyen apoyo financiero a los TICCA—territorios de vida deben ser tratadas con el mayor cuidado para no alimentar conflictos internos o promover el abandono de los medios de vida tradicionales con sus conocimientos, prácticas e instituciones asociados. Las comunidades guardianas deben estar al tanto de los pros y los contras de las iniciativas, ser capaces de discutirlos internamente y tomar decisiones sin intimidación o presiones indebidas.

¿De dónde viene el Consorcio TICCA?

Durante más de dos décadas, el principal experimento mundial para proporcionar apoyo apropiado a los TICCA—territorios de vida ha sido un movimiento internacional a favor de la equidad en la conservación, que se consolidó primero alrededor de la Comisión de Política Ambiental, Económica y Social de la UICN[2] y que luego creó el Consorcio TICCA. El movimiento ha trabajado en varios niveles, fomentando al mismo tiempo políticas internacionales de apoyo, desarrollo de capacidades en el nivel regional, mayor visibilidad de los TICCA—territorios de vida emblemáticos y, a nivel nacional, la generación de una masa crítica para la defensa y el cambio en tantos países como sea posible.

El movimiento es actualmente una organización de la sociedad civil basada en su membresía, con Miembros que representan a Pueblos Indígenas, comunidades locales y sus defensores en todos los continentes. Sin propiedades ni oficinas, con personal voluntario y semivoluntario y con un presupuesto mínimo, el Consorcio TICCA ha logrado una serie de resultados, entre ellos: un número creciente de TICCA emblemáticos reconocidos (visibilidad, listados internacionales del CMMC de ONU Medio Ambiente, premios, subvenciones para el autofortalecimiento); cientos de personas con una mayor autoconciencia de sus roles como guardianas, así como mejores capacidades y apoyo mutuo; más de treinta redes TICCA nacionales funcionando en países muy diversos; y temas relacionados articulados y técnicamente argumentados, respaldados en una variedad de publicaciones, videos y recursos en línea. El Consorcio también ha promovido activamente un conjunto de políticas internacionales[3] que reconocen los valores de la gobernanza de la naturaleza por parte de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, y de los TICCA—territorios de vida, en particular.

Desde mediados de 2015, la Iniciativa Mundial de Apoyo a los TICCA (GSI, por sus siglas en inglés), implementada por el PPD GEF/PNUD con financiación del Gobierno alemán, ha brindado apoyo al Consorcio TICCA. A su vez, el Consorcio ha brindado apoyo técnico a la iniciativa. Se han desembolsado pequeñas donaciones a organizaciones catalizadoras y comunidades en una variedad de países, con compromisos y resultados muy diversos. El Registro TICCA internacional, alojado por el CMMC (ver #Reconocimiento apropiado), fue apoyado para fomentar la comunicación y el intercambio de experiencias entre diferentes TICCA alrededor del mundo. Se apoyó a la UICN para proporcionar apoyo técnico para la evaluación de la gobernanza de áreas protegidas y conservadas en el nivel nacional en algunos países. Y se apoyó a Natural Justice para coordinar las revisiones de la legislación nacional con respecto a los TICCA. Al mismo tiempo que ha prestado asistencia a todos sus aliados, el Consorcio se ha centrado en un enfoque estratégico para facilitar procesos de «autofortalecimiento» de los TICCA—territorios de vida desde la optimización de la autoconciencia hasta la defensa nacional para el reconocimiento y apoyo[4].

Referencias claves:

Borrini-Feyerabend et al., 2010; Jonas, Kothari and Shrumm, 2012; Kothari et al. (eds.), 2012; Jonas, 2017; Borrini-Feyerabend and Campese, 2017. Ver también: www.iccaconsortium.org; ICCA Registry


[1] Que se pueden derivar o interpretar de, entre otros: el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el programa del Hombre y la Biosfera de la UNESCO, el Convenio 169 de la OIT, la Convención de Aarhus, la Convención de Ramsar, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, la Convención sobre el Patrimonio Cultural y Natural, y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

[2] Esto se llevó a cabo en 2000-2008 y está reflejado en las experiencias y debates publicados en Policy Matters (especialmente en los volúmenes 10, 12, 13, 14 y 15, todos disponibles en  https://www.iucn.org/commissions/commission-environmental-economic-and-social-policy/resources/policy-matters).

[3] Jonas, 2017; ICCAs in international policy.

[4] Borrini-Feyerabend and Campese, 2017.