Facilitar discusiones comunitarias
Equipo facilitador local: El equipo facilitador local (el «Equipo») es un grupo de integrantes de la comunidad que tienen conocimientos y entusiasmo en relación con el territorio de vida y desean facilitar y documentar el proceso de autofortalecimiento. Es ideal que sean personas voluntarias capaces y respetadas, que sepan sobre la diversidad de la comunidad y la reflejen, es decir, que sean personas de diferentes edades, géneros, profesiones, condiciones sociales y entornos culturales, según corresponda.
El Equipo se selecciona a sí mismo y no tiene autoridad especial en el territorio de vida ni en el proceso de autofortalecimiento. Como sirve a la comunidad, debe ser aprobado por la misma. Recomendamos que el Equipo esté conformado por al menos tres personas; entre cinco a siete es ideal.
¿Contar con facilitación externa?: Algunas comunidades le piden al equipo facilitador local que guie y posibilite todo el proceso. En cambio, otras invitan a equipos facilitadores externos. Si un/a facilitador/a externo/a está usando esta guía, le recomendamos que le pida a un equipo facilitador local que se una, apoye y lidere cada vez que sea posible.
Discusiones comunitarias: Las discusiones comunitarias son el «método» de excelencia para los procesos de autofortalecimiento, ya que proporcionan espacios para la reflexión y el análisis dentro de la comunidad.
Las discusiones comunitarias se llevan a cabo de formas que resulten coherentes con la vida cotidiana. No tienen un formato fijo, ya que cada comunidad se junta según las formas que elijan y sean apropiadas a su contexto. Por ejemplo, pueden ocurrir durante una asamblea general tradicional, en un consejo de sabios o en reuniones de grupos de mujeres, sindicatos de agricultores o asociaciones de jóvenes.
Si el grupo que tiene la discusión no refleja por completo la diversidad de la comunidad (p. ej.: en términos de edad, género, etnia, condición social, etc.), los resultados de su discusión serán robustecidos luego, en otras reuniones.
Las discusiones comunitarias pueden comenzar espontáneamente, porque surge un problema o una oportunidad nuevos, o estimuladas por el equipo facilitador. Es ideal que encuentren un buen equilibrio entre las conversaciones que fluyen libremente y las que son productivas y centradas.
Raras veces se espera que el resultado de las discusiones comunitarias sea una decisión de sí o no. Más bien, en estas discusiones se explora algún tema en profundidad y, gracias a las preguntas, se investigan las ventajas y desventajas de diversas acciones y así contribuyen a tomar nuevas decisiones.
Proceso: Según las prácticas locales o consuetudinarias apropiadas, el Equipo Facilitador convoca a una reunión inicial para que la comunidad sepa qué es el autofortalecimiento y decida si quiere embarcarse en este proceso. Si la comunidad decide que sí quiere fortalecerse como guardiana de un territorio de vida, el Equipo convoca a una serie de discusiones comunitarias, las facilita y realiza el seguimiento de sus resultados.
Cada discusión comunitaria se centra en un elemento diferente del proceso y el Equipo las facilita planteando un conjunto de preguntas pertinentes como punto de partida y marco de referencia.
Esta guía en línea y la Guía más extensa (disponible en PDF) está para apoyar al Equipo y dar ideas de preguntas y herramientas para ayudar en las reuniones. Las preguntas centran la discusión y previenen que las personas con las voces, los intereses y las opiniones más fuertes la dominen.
El Equipo anota los resultados, entre ellos las principales conclusiones y justificaciones de diferentes participantes, así como también si es que hay opiniones contrarias firmes. Si corresponde, el Equipo también puede tomar fotos o grabar videos. A los participantes de las discusiones se les recuerda a menudo que toda la comunidad está a cargo del proceso y que pueden elegir con libertad qué hacer con la información que el Equipo recopila y compila. La comunidad también está encargada categóricamente de analizar, interpretar y usar los resultados de las discusiones y la documentación sobre el territorio de vida que serán elaborados en el camino.
Calendarización: No hay un calendario fijo para llevar a cabo un proceso de autofortalecimiento. Puede tardar días, semanas, meses o incluso años dependiendo de lo que la comunidad desee hacer y cuándo puedan y quieran dedicarle tiempo. El equipo facilitador debería planificar el proceso con la comunidad como parte de los primeros pasos, comprendiendo que la planificación puede cambiar.
Consideraciones para una facilitación ética y efectiva:
- Respete la cultura local, sus protocolos y tradiciones.
- Garantice una atmósfera de respeto y transparencia.
- Sea franco/a con respecto a los posibles beneficios y riesgos de participar en cualquier proceso.
- Actúe con coherencia, honestidad y claridad.
- Asegúrese de que los/as participantes se puedan expresar en su propio idioma y en sus propios términos.
- Reconozca las ideas y las capacidades de los/as participantes.
- Escuche de forma activa y sin juzgar.
- Sea respetuoso/a, sensible y paciente.
- Establezca una relación positiva con los/as participantes y cultive la confianza.
- Asegúrese de que los/as participantes recuerden los objetivos generales comunes.
- Ayude a centrar la discusión en el elemento del proceso en cuestión.
- Preste atención a los comportamientos y los niveles de participación.
- Desempeñe un papel de apoyo y acompañamiento.
- Habilite reuniones separadas para personas o grupos específicos cada vez que sea útil o requerido.
- En caso de que haya desacuerdos, manténgase neutral y conserve la calma. Ayude a aclarar las problemáticas y redúzcalas a cualquier valor u objetivo en común.
- Separe los asuntos conflictivos en elementos en los que se pueda llegar a al menos algún acuerdo.
- Mantenga una dinámica positiva, con enfoque en los valores compartidos y los acuerdos.