Pueblos indígenas

En palabras de un representante de una federación de pueblos indígenas Miembro del Consorcio TICCA: «los pueblos indígenas viven en casi todos los países de todos los continentes del mundo y cubren un espectro de la humanidad que va desde cazadores-recolectores tradicionales y agricultores de subsistencia hasta juristas. Los pueblos indígenas suman entre 300 y 500 millones personas, encarnan y nutren el 80% de la diversidad cultural y biológica del mundo y ocupan el 20% de la superficie terrestre del planeta».[1] Las descripciones en los sitios web de la ONU son igualmente amplias: «los pueblos indígenas son herederos y practicantes de culturas y formas de relacionarse con las personas y el medio ambiente únicas. Han conservado características sociales, culturales, económicas y políticas que son distintas de las de las sociedades dominantes en las que viven».[2] Por lo tanto, es bastante problemático hacer una estimación precisa del número de indígenas que viven hoy en día.

En 1986, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos[3] propuso identificar a los pueblos indígenas como pueblos que tienen «una continuidad histórica con las sociedades que se desarrollaron en sus territorios antes de la invasión y la colonización». Después del Convenio n.o 169 de 1989 sobre pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del Trabajo, el ‘factor tiempo’ ha sido enfatizado y los pueblos indígenas han sido señalados como pueblos tradicionales «que detentan un corpus no escrito de costumbres, creencias, rituales y prácticas antiguas que han sido transmitidas de generación en generación.[4] La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (DNUDPI), de 2007, sugiere un conjunto de características orientadoras que pueden ayudar a la identificación de los pueblos indígenas, y que incluyen: autoidentificación como naciones y/o pueblos indígenas; una historia compartida de sufrimiento de injusticias, colonización y desposesión de la tierra; una red compleja de relaciones basadas en el lugar; lengua, prácticas tradicionales, conocimientos e instituciones legales y culturales distintas de las dominantes en el Estado nacional donde residen; [5] y conocimientos, cultura y prácticas que contribuyen a la gobernanza y el manejo sostenibles de relaciones humanas con el mundo natural y más allá. Adicionalmente, algunos destacan las siguientes características como indicadores claros de indigenidad: «haber preservado las costumbres y tradiciones de sus antepasados, que son similares a las que se caracterizan como indígenas» y «haber sido, aunque sea solo formalmente, colocados bajo una estructura estatal que incorpora característica nacionales, sociales y culturales ajenas a las propias».[6]

La DNUDPI se refiere a los pueblos indígenas (versus las personas), ya que los pueblos son reconocidos como sujetos de la ley internacional, cuyos derechos colectivos a la autodeterminación fueron ratificados por dos pactos internacionales de 1966 –uno sobre derechos civiles y políticos y otro sobre derechos económicos, sociales y culturales—. Pese al reconocimiento internacional de sus derechos colectivos, en el ámbito nacional no todos los pueblos indígenas son reconocidos actualmente como titulares de derechos colectivos sobre la tierra y los recursos naturales (#Derechos colectivos).

Casos de inclusión excesiva o insuficiente

Filipinas

Las definiciones de pueblos indígenas enumeradas arriba incluyen un rango de criterios para la inclusión o exclusión que pueden resultar en inclusión excesiva o insuficiente. Bajo una definición basada solamente en el vínculo con sociedades precoloniales, todas las personas que viven en países colonizados tendrían que ser considerados indígenas (aparte de los inmigrantes o de los descendientes directos de los colonizadores). Por ejemplo, en Filipinas, todos los filipinos serían indígenas ya que son «descendientes de los pueblos que habitaban el territorio actual».[7] Sin embargo, la colonización llevó a muchos filipinos a abandonar sus tradiciones culturales, desconectarse de sus territorios de vida y formar parte de una mayoría de la población que puede incluso ser desconsiderada con las minorías indígenas. Este no es el caso, sin embargo, para muchos de los igorots de la Cordillera y los lumad de Mindanao. A diferencia del resto de la población de Filipinas, los igorot han «preservado intactas las costumbres y tradiciones de sus antepasados»[8] y, de hecho, según Reyes (2017): «estos pueblos son los grupos que generalmente gozan de los derechos específicos de los pueblos indígenas bajo la ley internacional».[9]

Nepal

Los factores contextuales son especialmente importantes para distinguir la población indígena de la no indígena. James Anaya, anterior Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, señaló que «es difícil dividir la población de Nepal entre sectores indígenas y no indígenas si el término ‘indígena’ es tomado en un sentido general y sin consideración de ciertos factores contextuales». Nepal, por ejemplo, no tiene un pasado de colonización por parte de una potencia extranjera, por lo que toda la población o ninguna parte de esta puede ser formalmente identificada como indígena, pese a su fuerte sentido de conexión y pertenencia a su tierra. Sin embargo, Anaya identificó a los adivasi janajati, a diferencia de la mayoría de otros habitantes de Nepal, como indígenas sobre la base de su autoidentificación, su exclusión histórica de la jerarquía social y religiosa dominante y su lengua y costumbres tradicionales distintas.[10]

El Consorcio TICCA enfatiza la autoidentificación como un elemento necesario para la identidad indígena y recomienda referirse a los pueblos indígenas según su nombre nacional autodesignado.


Referencias claves:

United Nations Commission on Human Rights, 1986; Mugabe, 1998; Corntassel, 2003; Niezen, 2003; UNDRIP, 2007; Reyes, 2017; Carino and Tamayo, 2019.

Ver también: IWGIA International Working Group for Indigenous Affairs; United Nations website on indigenous peoples; Indigenous navigator.


[1] Reyes, 2017. Las cifras citadas por Reyes son reportadas por varios otros autores. Es difícil, sin embargo, rastrearlas hasta análisis robustos más allá de las afirmaciones hechas por Sobrevila (2008, páginas 5 y 50), que se refieren WRI (2005) donde el supuesto respaldo no puede ser rastreado. El Consorcio TICCA no tiene razones para creer que la cifra citada sea incorrecta, pero sugiere referirse al trabajo de Alden Wily (2011) y Garnett et al. (2018) para corroborarla.  En cuanto a la diversidad cultural, la referencia a Sobrevila (2008, páginas 3 y 52) es igualmente clara pero escasamente referenciada (Sobrevila habla en realidad de que 95% de la diversidad cultural está representada por los 5.000 grupos étnicos que representan solo 4% de la población mundial).

[2] Sitio web sobre pueblos indígenas de las Naciones Unidas, https://www.un.org/development/desa/indigenouspeoples/about-us.html.

[3] En su Study of the Problem of Discrimination Against Indigenous Populations de 1986.

[4] Mugabe, 1998.

[5] Esto sin olvidar el hecho de que en algunos países (como Papúa Nueva Guinea y Bolivia) los pueblos indígenas constituyen la mayoría de la población (Reyes, 2017).

[6] Reyes, 2017.

[7] Reid, 2009.

[8] Ibid.

[9] Reyes, 2017.

[10] Anaya, 2009.