Uso sostenible de la biodiversidad

Según el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el uso sostenible comprende el «uso de componentes de la biodiversidad de manera que los procesos ecológicos, las especies y la variabilidad genética permanezcan por encima de los niveles necesarios para la viabilidad a largo plazo».[1]

El Artículo 10(c) del mismo Convenio invita a las Partes a: «proteger y alentar la utilización consuetudinaria de los recursos biológicos, de conformidad con las prácticas culturales tradicionales que sean compatibles con las exigencias de la conservación o de la utilización sostenible». El uso de los recursos biológicos tiene importancia también en los pastizales establecidos y mantenidos para permitir el pastoreo estacional de ganado, que también permite que haya hábitats para otras especies. Se puede relacionar con pesquerías que son gestionadas para mantener la diversidad de peces o con las prácticas agrícolas que conservan la diversidad de cultivos tradicionales. En todos estos casos, y en muchos otros, los usos sostenibles son «desarrollados a través de generaciones, fundados en la experiencia sobre lugares y especies específicos dentro de un territorio, las estaciones y el clima» y «están estrechamente vinculados tanto al conocimiento tradicional como a un territorio en particular».[2]

Muchos TICCA—territorios de vida integran valores culturales y espirituales de las comunidades, que orientan las prácticas para el uso sostenible de los diversos regalos que la naturaleza contiene. Estas prácticas, fuertemente arraigadas al pasado, determinan el cumplimiento de las responsabilidades con el medio ambiente en el presente y garantizan el bienestar de las futuras generaciones (equidad intergeneracional). Son una herramienta poderosa para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU,[3] incluyendo la erradicación de la pobreza y el hambre y la promoción de comunidades sostenibles que conservan y restauran la biodiversidad debido a los beneficios sociales, culturales y económicos que derivan de ella.

¿Qué promueve el uso sostenible de la biodiversidad por parte de las comunidades?

Los usos y prácticas sostenibles son ampliamente apoyados siempre que los custodios de pueblos indígenas y comunidades locales se involucren efectivamente en la toma de decisiones, tengan seguridad sobre la tenencia a largo plazo de su territorio y la biodiversidad,[4] y tengan la posibilidad de ejercer autoridad sobre estos desde la autodeterminación.[5] La presencia de instituciones de gobernanza y su capacidad para crear y hacer cumplir normas en circunstancias cambiantes es esencial para asegurar el uso sostenible (ver #Vitalidad de la gobernanza).

Cuando las comunidades no tienen, o no se percibe que tienen, derechos a largo plazo sobre sus territorios de vida, cuando se les niega o se les limita indebidamente el uso de sus recursos naturales y/o cuando se les niega el acceso a sus tierras tradicionales, las prácticas sostenibles que tienen corren el riesgo de ser perjudicadas, olvidadas o reemplazadas por resentimiento y actitudes insostenibles. El papel de los gobiernos estatales es hacer que los usos sostenibles sean más beneficiosos a nivel local que los insostenibles. Cuando a las comunidades se les confía la gobernanza local y cuando los beneficios derivados de los recursos locales se comparten de forma justa y equitativa, es más probable que se produzca un uso sostenible.[6]

A escala mundial, los pueblos indígenas y las comunidades locales se encuentran atrapados en el actual sistema económico capitalista, cuyo principal objetivo es la rápida consecución de beneficios económicos, impulsando un crecimiento ecológicamente insostenible. En el centro del desprecio por los impactos sociales y ambientales de la aspiración de ganancias económicas se encuentra la ocupación y colonización de tierras y vías fluviales colectivas y la explotación insostenible de los regalos de la naturaleza en los territorios de vida. Todo esto desincentiva, cuando no impide, los usos sostenibles, incluso en el caso de comunidades consolidadas.

Referencias claves:

Convention on Biological Diversity, 2004b; Bélair et al., 2010; Forest People Programme, 2011; Hodges et al., 2014; Tengö et al., 2017; Wittman et al., 2017; Cooney et al., 2018; Robinson et al., 2018; Child and Cooney, 2019; Dacks et al., 2019.


[1] Convention on Biological Diversity 2004b, Addis Ababa Principles.

[2] Forest Peoples Programme, 2011, página 6.

[3] Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un conjunto de 17 objetivos de las Naciones Unidas por un futuro sostenible, cada uno con sus respectivas metas (sobre la pobreza, la inequidad, el clima, etc.), a ser alcanzados en 2030; ver: https://www.un.org/sustainabledevelopment/

[4] Cooney et al., 2018.; ver también #Reconocimiento apropiado, #Tenencia de la tierra.

[5] This latter point has been highlighted by Marshall Murphree (Murphree, 2009) and stressed by Jeff Corntassel (Corntassel, 2012).

[6] Cooney et al., 2018.